“Ampliar el estado del bienestar no basta, urge un nuevo contrato social y una profunda revertebración del país” Unai Sordo

 El auditorio del Centre de Cultura Contemporànea de Valencia acogió este lunes la presentación del libro del secretario general de CCOO, Unai Sordo, 'Los sindicatos y el nuevo contrato social. Cómo España salió del ERTE', organizada por la Secretaría de Cultura de CCOO PV, con un formato de entrevista coloquio que también contó con la intervención de la secretaria general de CCOO PV, Ana García.

La periodista de El Temps, Violeta Tena, iniciaba la presentación con una cita de Mª Eugenia Rodríguez Palop: “Este libro cuenta el modo en que una catástrofe pudo alumbrar un nuevo orden social y como lucharon los trabajadores en España por evitar que el miedo se convirtiera en una jaula”.

Preguntado por la motivación para la recopilación de artículos sobre la convulsa situación sociopolítica y económica de estos tres últimos años, Sordo respondía que intentó dar cuenta de unas políticas inéditas para hacer frente a una pandemia sanitaria y a la profunda crisis económica derivada. El autor consideraba necesario relatar la apuesta por unas políticas laborales en la antítesis de las utilizadas en las anteriores crisis españolas desde los años 70 (devaluación interna, precarización sistemática de la contratación y de los salarios…) y en línea con lo que el sentido común recomendaba en el resto de Europa (protección del empleo, utilización de los ERTE, protección de los sectores esenciales..)

A su juicio, la anticipación de medidas de contención, el poder disponer de mecanismos protectores desde el primer momento vía decreto ley fue fundamental para frenar una destrucción letal del empleo y del tejido productivo. “Esa capacidad de reacción debe quedar en el activo de Gobierno y de los agentes sociales” afirmaba. Una fórmula que no solo ha sido más justa, sino más eficaz, por lo que el resultado de aplicar medidas opuestas a las utilizadas históricamente debería hacer ganar centralidad a las propuestas progresistas para el reto actual, la recomposición de un nuevo contrato social para el siglo XXI. En todo este proceso, los agentes sociales han sido "un referente ineludible en la pandemia, y el principal anclaje de legitimidad complementaria a los poderes ejecutivo y legislativo de nuestro país” apuntaba Unai.

La extensión de este papel en cada territorio cedía la palabra a la secretaria general de CCOO PV, Ana García, que reivindica el papel clave jugado por el sindicato en la construcción del escudo social y las alternativas desarrolladas para atender a las personas trabajadoras durante toda la pandemia "tuvimos que improvisar asambleas virtuales y ofrecer consultas adaptadas, hacer pedagogía sobre protocolos ERTE o prevención de riesgos en permanente actualización, hasta planillas de incidencias en el cobro de prestaciones".

La secretaria general ponía en valor la buena salud del diálogo social autonómico y los frutos que ha cosechado “a las medidas de urgencia acordadas en #Alcem_nos siguieron las del #PlaReactiva de lucha contra la inflación, el apoyo a autónomos y familias afectadas, las medidas de eficiencia, ahorro y autonomía energética”. No obstante y pese a todo lo conseguido, el sindicato considera que debe agilizarse el trabajo de las mesas de diálogo para completar todo el proceso: análisis, diseño, revisión de la implementación de las políticas, evaluación cuantitativa y cualitativa.

A lo largo de la charla se abordaba también el impacto de medidas largamente reivindicadas por el sindicato, como la subida del salario mínimo interprofesional, la revalorización de las pensiones o la aprobación de la reforma laboral. Finalmente, la respuesta de Unai Sordo ante el gran reto de cómo enfrentar los postulados reaccionarios de la extrema derecha, esos enclaves seguros (aunque rancios, excluyentes, peligrosos) ante la incertidumbre que atenaza a las personas? es que reforzar el estado del bienestar no basta, es determinante una profunda revertebración social mediante el empoderamiento colectivo.

“El gran elemento diferencial sobre la capacidad de blindar las sociedades de opciones reaccionarias y promover sociedades inclusivas es el grado de vertebración social existente. El neofascismo del siglo XXI no marcha en columnas militares sobre Roma. Es mucho más penetrante ante el sujeto individualizado, replegado y aislado de la sociedad neoliberal, sin cosmovisiones políticas que le llevan a ser propenso a la infección reaccionaria del odio, de la exclusión o del concepto opresivo de patria, de homogeneidad sexual o racial, así como de los viejos roles de género. El nacional-populismo cala más donde hay sociedades dislocadas, fragmentadas, sin vínculos comunes, sin militancia política, social o vecinal. Por eso el sindicalismo de clase es un elemento tan importante para un sistema democrático, por su capacidad para organizar a la clase trabadora en términos de agregación y proximidad, desde la construcción de un sujeto colectivo” concluía.